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Un ejercicio para reconocer tus emociones

“Es inimaginable la vida sin emociones, como tampoco podemos pensarnos sin la capacidad de regularlas cuando es necesario”.

Las emociones están y siempre lo estarán. Por eso, cuanto más rápido las aceptemos, mejor va a ser para nosotros/as.


Porque ese primer paso va a lograr que podamos empezar a regularlas. Eso es lo que queremos: que no nos controlen, que no decidan por nosotros/as.


Antes de dejarte un ejercicio, veamos qué son las emociones:


  • Son reacciones a disparadores internos (pensamientos, recuerdos, rumiación) o externos.

  • Son involuntarias y automáticas: no podemos elegir “qué sentir”.

  • Son impermanentes: tienen un tiempo de duración limitado, hay un inicio y un final.

Además, te contamos para qué sirven las emociones:


Cumplen una función vital y evolutiva: nos ahorran tiempo en la reacción.


Tienen una función para la persona, una función en las relaciones y una función a nivel sociocultural.


  • Son útiles para nuestras relaciones.

  • Nos comunican cosas importantes.

  • Son útiles para la vida en sociedad.


Ahora sí, entendiendo un poco más sobre ellas, te compartimos un ejercicio para empezar a detectar tus emociones, empezá haciéndote estas preguntas:

  1. ¿Qué evento disparó mi emoción?

  2. ¿Qué pensé en ese momento? ¿Qué sensaciones físicas tengo?

  3. ¿Qué quise hacer, cuál fue mi impulso de acción? ¿Cuál es el nombre de la emoción que estoy sintiendo?

  4. ¿Qué dije o hice en ese momento? ¿Cuáles fueron las consecuencias?

Lo mejor es llevar un diario con todos los momentos en que detectamos una emoción un poco fuera de lugar o inesperada…


Este ejercicio, junto a muchos otros, nos lo compartió Lu Petrocco en el curso “Comunicación y manejo de las emociones” de la academia.


Si ya tomaste el curso, ¡contanos si hacés este ejercicio!


¡Hasta el próximo blog!


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